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LIMA, LIMA, Peru
Experiencia Profesional 30 Años al servicio del Magisterio Peruano, Trabajo actualmente en la I.E. Nº 6065 Perú-Inglaterra Villa El Salvador - LIMA, Bachiller en Administración de Empresas Escuela Tecnológica de Administración - ETA, Licenciado en Educación Universidad "José F. Sánchez Carrión" HUACHO - LIMA, DIPLOMADO EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS - UAP, ESTUDIOS CONCLUIDOS DE MAESTRIA EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO - UCV

martes, 14 de enero de 2014

Acerca de “La privatización mental” publicado el domingo 12/01/14 en el diario La República, y analizada desde el punto de vista académico por el Dr. Jaime Roque Sánchez

Acerca de “La privatización mental”
El debate del tema educativo en nuestro país está  planteado desde hace tiempo, porque tiene que ver con el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos y  el ser un tema político social todavía irresuelto, al cual  podemos ingresar de diversas maneras, presentando ideas, propuestas, proyectos viables  o sintetizando experiencias  aplicadas en el tiempo.
La corriente neoliberal en el debate actúa con un libreto,  acepta en su discurso que en el tema educativo  existen varios componentes, dimensiones o factores que actúan sobre ella, pero solo inciden sobre el factor docente, definiéndolo como el más álgido, para luego señalarlos como los responsables y culpables de todos los males existentes y por venir en el sector educación. Los demás componentes y agentes educativos, cuya actuación en el sector se relativiza, acaso son tocados tangencialmente, los vuelven invisibles y quedan exonerados de toda responsabilidad,  por eso ni se les menciona.
El novelista Santiago Roncagliolo (SR) escribió el domingo 12/01/14 en el diario La República, un artículo con el título “La privatización mental”, en donde hace el mismo juego de palabras de la corriente neoliberal sobre la educación pública en nuestro país,  partiendo de una sola premisa saca sus conclusiones, relacionadas a la función docente y su responsabilidad en  la situación educativa.
Para SR le basta escribir: “El 49% de los maestros de Perú son analfabetos funcionales.”, para seguidamente decir: “En consecuencia, en el informe PISA que compara el nivel educativo de 65 países, Perú ocupa un nefasto último lugar. Somos los peores del mundo conocido en lectura y matemática.(subrayado nuestro)”
SR utiliza el viejo truco de exagerar resultados negativos tocando lo más sensible: “Somos los peores del mundo conocido”, pero con el propósito insano de dejar mal parados a los maestros, siendo el objetivo principal de esta corriente neoliberal el demoler moralmente y quitarle autoridad ante la sociedad a los maestros; dejando de lado, de forma adrede, que la educación es un problema social cuyos resultados están sujetos a situaciones multifactoriales; sin tener en cuenta el abandono que sufrió la educación estos 30 últimos años de parte de los gobiernos de turno; así como  la improvisación de las políticas educativas al no encontrar un proyecto educativo sostenible; también como reflejo de la inestabilidad política y social que atraviesa nuestro país; no toman en cuenta que la lucha de los maestros en primera línea contribuyó a la recuperación de la democracia en nuestro país; por el contrario se institucionaliza la marginación de los maestros como ciudadanos y profesionales tanto en las leyes educativas como en las magisteriales;, entre otros.
JAIME ROQUE
14/01/14

La privatización mental
Domingo, 12 de enero de 2014 | 4:30 am
Me emociona volver a Perú, país que dejé hace 14 años, y ver cómo ha cambiado. El país deprimido del que partí, hoy está eufórico. En muchos barrios, las chozas de paja se han convertido en edificios de apartamentos. Conozco empleadas domésticas cuyos hijos van a la universidad. Esos chicos ya no quieren largarse del país, al contrario, escucho por todas partes el acento de españoles que vienen a buscar trabajo. Y las industrias culturales, antes inexistentes, comienzan a brotar. Este año, la película nacional Asu Mare ha llevado a las salas a más de tres millones de espectadores. Y los directores del país exhiben cada vez más en festivales internacionales.
El éxito económico de Perú representa el triunfo de las ideas liberales. El crecimiento no ha sido producto de un plan de desarrollo del Estado, sino de la tenacidad individual, el emprendimiento y el aliento al capital internacional. Servicios sociales como la cultura, la nutrición o incluso la acción solidaria se cubren en una parte importante gracias a la iniciativa privada.
En España, donde resido, la población cree que el Estado debería hacer más. En cambio en Perú, el consenso es que el Estado debería controlar menos.
Y, sin embargo, hay servicios que sólo puede garantizar el Estado: la seguridad y la educación, de una manera crucial.
Policías privados. Durante mi viaje, acumula portadas el caso de Óscar López Meneses, un oscuro operador del ya bastante oscuro Vladimiro Montesinos, quien en los años noventa lideró la mayor red de corrupción estatal de la historia del país. Inexplicablemente, este siniestro personaje estaba recibiendo protección policial, incluso con unidades de operativos especiales y portatropas.
El caso destapa una confusa red de intereses, y le cuesta el puesto a varios mandos policiales, al ministro del Interior y al presidente de una comisión parlamentaria. Pero más que una gran mafia organizada, podría tratarse de una práctica rutinaria, una especie de privatización por horas. Según me explica un parlamentario off the record:
–En Perú hay cientos de agencias de seguridad privada. Hay más agentes privados que policías, y ganan más dinero. A tal punto que algunos policías encuentran normal complementar su mal sueldo protegiendo a particulares. A veces, esos particulares resultan mafiosos, pero a sus guardaespaldas eso les parece irrelevante, un gaje del oficio. No ven mal cuidar a esa gente.
Mal educados. Un día asisto a un colegio público a contar cuentos. El director me recibe con un solemne discurso lleno de frases pomposas y vacías. En sus palabras se mezclan sin ton ni son “Homero”, “la guerra de independencia” y “la sinapsis neuronal”. No entiendo la mitad de lo que dice, y los niños de nueve años, tampoco. Tiemblo de pensar qué formación les dará ese hombre.
El 49% de los maestros de Perú son analfabetos funcionales. En consecuencia, en el informe PISA que compara el nivel educativo de 65 países, Perú ocupa un nefasto último lugar. Somos los peores del mundo conocido en lectura y matemática.
La educación pública es mala, pero mucha gente paga por estudios peores: hay centros educativos privados que estafan sin más a sus estudiantes. Colegios de pago donde no se aprende a entender lo que se lee. Y universidades cuyos títulos no sirven para nada. En la cultura de los peruanos, lo privado es mejor en cualquier caso. Hemos sufrido una privatización mental.
Que el Estado garantice la seguridad y la educación es perfectamente compatible con el capitalismo: sin una seguridad central eficiente no está tranquilo nadie. Sin una educación pública de calidad, los trabajadores peruanos serán menos competitivos en el mercado global. Precisamente para sostener el éxito económico, el siguiente reto de Perú es invertir más en el Estado, o sea, invertir en los recursos humanos del país. Espero que nos demos cuenta a tiempo.