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LIMA, LIMA, Peru
Experiencia Profesional 30 Años al servicio del Magisterio Peruano, Trabajo actualmente en la I.E. Nº 6065 Perú-Inglaterra Villa El Salvador - LIMA, Bachiller en Administración de Empresas Escuela Tecnológica de Administración - ETA, Licenciado en Educación Universidad "José F. Sánchez Carrión" HUACHO - LIMA, DIPLOMADO EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS - UAP, ESTUDIOS CONCLUIDOS DE MAESTRIA EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO - UCV

sábado, 28 de julio de 2018

También se ha propuesta incentivar la probidad en el ejercicio de abogacía, bajo un sistema en el que "un abogado corrupto sea sancionado penalmente con agravantes y también por su Colegio de Abogados".

Estos son los 6 proyectos que propuso Martín Vizcarra ante el Congreso

Conozca las seis iniciativas legislativas del Ejecutivo para la reforma del sistema de justicia
Estos son los 6 proyectos que propuso Martín Vizcarra ante el Congreso

El presidente de la República, Martín Vizcarra, anunció hoy en el Congreso, durante su mensaje por 28 de julio, la presentación de seis proyectos de ley para la reforma del sistema de justicia en el país, luego del escándalo generado tras la difusión de audios que comprometen la labor de autoridades del sistema de justicia.
Para ello, sostuvo, que el Ejecutivo presentará las siguientes iniciativas legislativas, que esperan permitan que la ciudadanía recupere la confianza en sus instituciones. 
1. Crear la Autoridad Nacional de Integridad y Control en el Poder Judicial (PJ) y el Ministerio Púlbico (MP). Esta medida, señaló Vizcarra, se propone debido a que "se requiere de un cambio sustantivo", pues la Oficina de Control de la Magistratura "no ha cumplido su labor".
2. Iniciativa legislativa que modifica el Texto Único Ordenado del Contencioso Administrativo, que tiene por objeto eliminar la intervención del Ministerio Público en todos los procesos contencioso-administrativos, con el fin de agilizar los procesos en beneficio de miles de personas
3. Proyecto de ley que modifica la Ley de Transparencia y Acceso a la información, donde se añade un acápite relacionado a la "transparencia en el sistema de justicia". Con esta medida, manifestó Vizcarra, se busca introducir obligaciones expresas en la ley para que las instituciones judiciales divulguen mayor información de sus portales digitales, sobre la trayectoria de sus autoridades y los fallos de los jueces.
4. También se ha propuesta incentivar la probidad en el ejercicio de abogacía, bajo un sistema en el que "un abogado corrupto sea sancionado penalmente con agravantes y también por su Colegio de Abogados".
5. Proyecto de ley que modifica la ley orgánica del Ministerio Público y crea el sistema de fiscales especializados en delitos contra la administración pública, corrupción de funcionarios, lavados de activos y delitos conexos.
6. Iniciativa legislativa que crea el Consejo para la Reforma del Sistema de Justicia. Este consejo será presidido por el Presidente de la República e integrado por los presidentes del Congreso, Poder Judicial, Fiscal de la Nación, Tribunal Constitucional, presidente del Consejo Nacional de la Magistratura y el Defensor del Pueblo.

domingo, 22 de julio de 2018

Martín Vizcarra se ha comprado, pues, un gran pleito. Merece ganar por lo menos el primer round.

¿Quién lidera la lucha anticorrupción?, por Juan Paredes Castro

Resulta que el país no funciona como debe, no crece como debe, no distribuye su riqueza como debiera hacerlo y no 

genera el bienestar que esperamos


Martín Vizcarra

Martín Vizcarra se ha comprado, pues, un gran pleito. Merece ganar por lo menos el primer round. (Foto: EFE)
Cada cinco años los peruanos votamos por gobernantes y legisladores encargados conjuntamente de que el país funcione, crezca, distribuya su riqueza (la que produce y recauda) y genere bienestar.
Es más: gobernantes y legisladores, fiscales y jueces, militares y policías, contralores y reguladores, funcionarios de arriba y burócratas de abajo, ninguno de ellos está pintado en la pared, todos ellos le cuestan al Estado el ojo de la cara.
Resulta que el país no funciona como debe, no crece como debe, no distribuye su riqueza como debiera hacerlo y no genera el bienestar que esperamos. Lo natural sería que, a menos cumplimiento de metas y objetivos, los responsables recibieran menos remuneraciones. Pero no ocurre así. Como no se mide eficiencia, tampoco se mide ineficiencia. Como no se detecta ni castiga la corrupción, tampoco se detecta ni castiga la impunidad, profundamente enraizada en la estructura estatal. Y por último no sabemos por dónde comenzar: si combatiendo la corrupción o combatiendo la impunidad.
Tenemos que reconocer entonces que tenemos un Estado parásito, que devora día a día el tejido vital del Perú, que con todos los recursos humanos y materiales que posee y dispone no merece exhibir los paupérrimos estándares en estabilidad política, social y jurídica.
Si la corrupción ha llegado a ser en el Perú un estado natural de las cosas, y se ha apoderado inclusive de nuestros usos y costumbres, como lo advierte Carlos Meléndez, no hay otra forma de declararle la guerra que con un liderazgo político muy fuerte y honesto, institucionalmente democrático, como el que promete ejercer Martín Vizcarra, a través de la comisión que encabeza el embajador Allan Wagner.
Totalmente diferenciado, eso sí, de los liderazgos anticorrupción de Toledo, Humala y Kuczynski, que solo sirvieron para ganar las elecciones a Alan García y Keiko Fujimori y acabar pariendo sus propias corrupciones. Totalmente diferenciado también de los liderazgos anticorrupción caudillistas como el de la señora Verónika Mendoza que reclama una nueva Constitución sin propuesta de cuál sería la suya, más allá de la que envuelve su errático discurso político.
La lucha anticorrupción no puede ser una subasta de intereses variopintos donde cada cual tiene su corrupto por perseguir y castigar y su “santón” que adular y premiar, ni un mercado político-electoral para apalancar candidaturas de mediano y largo plazo, revestidas de moralidad pública. Pero un liderazgo anticorrupción fuerte y honesto, institucionalmente democrático, como el que ejerció Valentín Paniagua en el 2000, tras el derrumbe de la autocracia fujimorista, tiene que sostenerse en un mínimo consenso político gubernamental-legislativo, como el que propició la Mesa de Diálogo de la OEA en ese año. Sin ese consenso mínimo, no habrá manera de dar dirección a las ideas, propuestas y acciones anticorrupción. Unos y otros querrán sentirse dueños de esta, y a su manera. Rescatar el trabajo de la Ceriajus tendría que ser, por ejemplo, una prioridad. Establecer bisagras ejecutivas entre la Comisión Wagner y los altos mandos legislativos, fiscales y judiciales sería otra.
Martín Vizcarra se ha comprado, pues, un gran pleito. Merece ganar por lo menos el primer round.