Datos personales

Mi foto
LIMA, LIMA, Peru
Experiencia Profesional 30 Años al servicio del Magisterio Peruano, Trabajo actualmente en la I.E. Nº 6065 Perú-Inglaterra Villa El Salvador - LIMA, Bachiller en Administración de Empresas Escuela Tecnológica de Administración - ETA, Licenciado en Educación Universidad "José F. Sánchez Carrión" HUACHO - LIMA, DIPLOMADO EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS - UAP, ESTUDIOS CONCLUIDOS DE MAESTRIA EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO - UCV

martes, 12 de junio de 2018

Vizcarra hacia el vacío COLUMNA: Francisco Cohello Puente 06 de Junio del 2018 - 07:30 Francisco Cohello

Francisco Cohello    Francisco Cohello

Vizcarra hacia el vacío

COLUMNA: Francisco Cohello Puente

06 de Junio del 2018 - 07:30 Francisco Cohello
No es una buena noticia la renuncia de David Tuesta al MEF. No lo son tampoco las negociaciones para otorgarles beneficios a los transportistas con el fin de que no se vayan al paro, sentarse a conversar con el radical e intransigente Pedro Castillo, o haber dejado sin efecto los contratos de exploración con Tullow Oil para buscar el petróleo que tanto necesita la Refinería de Talara. Da la impresión de un régimen asustadizo, con las fibras nerviosas inflamadas y la autoestima echada en el diván y pendiente del psicólogo más competente. Parece que estamos ante un régimen de transición, y eso es algo que Vizcarra, con urgencia, deberá corregir. No podrá, como pretende, llevarse bien con todos, con la Confiep y los trabajadores, con el Sutep de Alfredo Velásquez y el de Pedro Castillo, con Fuerza Popular y el Frente Amplio, con la calle y la ley, con la izquierda revoltosa y las reformas pendientes. No se puede estar bien con Dios y con el diablo. Si no rectifica, irá camino a la apatía, a la nada sin retorno, a los años perdidos. Se meterá en el túnel del tiempo y saldrá convertido en un Paniagua II, con la diferencia de que en el traste de los activos perdidos aparecerán estrujados los calendarios de tres años y medio. En esa ruta peligrosa estamos. Otra vez. “¿Qué debe hacer entonces?” es la pregunta que la lógica aterriza para un presidente cuyo esfuerzo es encomiable y que, ciertamente, no aparece salpicado por las miasmas de la corrupción. La respuesta es clara: firmeza, contundencia, principio de autoridad. Necesitamos un gobierno ataviado de convicciones, de certezas y que, seguro de que lo amparan la Constitución y la ley, no dé pasos en falso hacia el precipicio, porque allí sí lo espera el vacío.