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Experiencia Profesional 30 Años al servicio del Magisterio Peruano, Trabajo actualmente en la I.E. Nº 6065 Perú-Inglaterra Villa El Salvador - LIMA, Bachiller en Administración de Empresas Escuela Tecnológica de Administración - ETA, Licenciado en Educación Universidad "José F. Sánchez Carrión" HUACHO - LIMA, DIPLOMADO EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS - UAP, ESTUDIOS CONCLUIDOS DE MAESTRIA EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO - UCV

domingo, 25 de agosto de 2013

Cálculo político

Cálculo político
Augusto Álvarez Rodrich 
El fujimorismo en el diálogo y frente al 2016.
Con el ingreso a trompicones del fujimorismo al diálogo convocado por el gobierno ya están, en solo una semana, todas las agrupaciones políticas metidas en el bote.

Ahora le toca al gobierno ver qué hace con estas aceptaciones en un diálogo que no será fácil y donde lo más importante, al menos al inicio, será crear un nuevo espacio para que, al margen de las discrepancias naturales en una democracia, los políticos recuperen la costumbre perdida de –como decía Ramiro Prialé–conversar sin tener que pactar.

No será fácil porque, para empezar, es obvio que no todas las agrupaciones políticas entran al diálogo con el mismo entusiasmo y creyendo y apostando a que el país tiene mucho por ganar a través de este.

Lo hacen forzadas por las circunstancias, como es el caso del fujimorismo, que ha terminado entrando tras poner mil reparos y al constatar que no tenía otra opción.

Al inicio, señalaron que no tenía sentido. Luego, con majadería, pidieron la cabeza del premier Juan Jiménez Mayor en una bandeja. Después, dijeron que preferían conversar con el ministro Miguel Castilla.

Pero al darse cuenta de que sus reparos hacían evidente su intransigencia ante la ciudadanía, Keiko Fujimori tuvo que dejar descolocados a sus congresistas y anunciar, anteayer, que “yo no pongo ningún condicionamiento, la invitación se ha hecho a través del primer ministro y el partido va a participar”.

Parece que lo hizo molesta por el comentario del mismo día de Lourdes Flores de que el fujimorismo se resistió al diálogo porque “están en un cálculo electoral absoluto, ahora la propia Keiko Fujimori dice ‘no me conviene la foto, quiero ser la contendora y los que no quieren a Humala me tienen que mirar a mí, porque yo soy la alternativa’”.

“Lamento las declaraciones un poco precipitadas de la señora, no tengo nada que contestarle”, fue la respuesta de Fujimori a Flores dentro de un diálogo que parece –este sí– absurdo, pues a quién podría sorprender la obviedad de que un partido se mueve por ‘cálculo político’.

Pero es en ese ‘cálculo político’ donde están los problemas del fujimorismo. Las encuestas perfilan a esta agrupación como la que tiene la mayor posibilidad de estar en la segunda vuelta del año 2016, pero el alto rechazo que todavía tiene va a ser, como en el 2011, el principal obstáculo para ganarla.

Esto se explica porque el fujimorismo sigue atado a un pasado sin poder tender puentes con otros sectores democráticos; sin más agenda que el indulto, pues sigue siendo un partido familiar; y con una lideresa que declara con arrogancia hueca y que aún debe demostrar que tiene más pergaminos que, como hasta ahora, ser solo la hija de papá.