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LIMA, LIMA, Peru
Experiencia Profesional 30 Años al servicio del Magisterio Peruano, Trabajo actualmente en la I.E. Nº 6065 Perú-Inglaterra Villa El Salvador - LIMA, Bachiller en Administración de Empresas Escuela Tecnológica de Administración - ETA, Licenciado en Educación Universidad "José F. Sánchez Carrión" HUACHO - LIMA, DIPLOMADO EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS - UAP, ESTUDIOS CONCLUIDOS DE MAESTRIA EN GESTIÓN EDUCATIVA UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO - UCV

domingo, 16 de diciembre de 2012

El largo camino del Perú hacia La Haya


Las últimas tres semanas el mezzanine del Hotel Hilton, en La Haya, se convirtió en el centro de operaciones de la delegación peruana. Alrededor de 30 personas -entre diplomáticos, abogados y cartógrafos- se concentraron allí para preparar los alegatos finales y decisivos que demuestran que no tenemos un tratado de límites marítimos con Chile. Esta es una historia que comenzó muchos años atrás. M. Elena Castillo. Enviada especial a La Haya. “Tengo mis tres mosqueteros”, dijo orgulloso el agente de Perú ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Allan Wagner, el martes pasado, pocas horas después de haber dado su alocución final ante el tribunal.
 
Se refería a tres miembros del equipo técnico, que lo acompañan desde el inicio del proceso: los diplomáticos Marisol Agüero y Gustavo Meza Cuadra, así como el asesor jurídico de la Cancillería, Juan José Ruda. “Y usted es D'artagnan”, se escuchó decir a uno de los asistentes para completar la referencia a los famosos personajes literarios creados por el escritor francés Alejandro Dumas en el siglo XIX.
 
En realidad ellos son los rostros más visibles de un equipo conformado por más de 30 personas que desde hace casi seis años comenzó a trabajar en el largo proceso para demostrar al tribunal internacional que no existe un tratado de límites marítimos entre Perú y Chile. En las últimas tres semanas del “rush” final, este grupo convirtió el Hotel Hilton en su centro de operaciones. Los miembros de la delegación llegaron entre el 24 y 25 de noviembre. El coagente José Antonio García Belaunde, junto a los ex cancilleres Eduardo Ferrero y Manuel Rodríguez Cuadros, así como varios diplomáticos y expertos en cartografía viajaron desde Lima; otra parte del equipo vino de embajadas en Madrid, París, Londres u otras.
 
Los abogados internacionales llegaron con su propio grupo de asesores. EL BÚNKER El equipo peruano ocupó cuatro ambientes de trabajo. Uno era utilizado como cuarto de mapas; allí trabajaban los tres oficiales de la Marina en retiro expertos en el reporte de este tipo de documentos que llegaron de Lima, con los cartógrafos de la empresa estadounidense International Mapping. Ellos prepararon los mapas que con tanto impacto presentaron los abogados ante los jueces de la Corte. Al lado estaba el cuarto de apoyo logístico, en el que una docena de diplomáticos, en su mayoría abogados, revisaban al detalle cada uno de los documentos que se presentarían el día de las audiencias.
 
Luego venían las dos salas destinadas a las reuniones del equipo jurídico en sí, en las que se expusieron y debatieron cada una de las presentaciones antes de imprimir la versión final. El equipo de juristas se reunía todos los días con el agente Wagner y los coagentes para revisar los textos y gráficos que iban a presentar. Leían los documentos con detenimiento, señalaban en voz alta las dudas que podían tener y se hacían las precisiones necesarias.
 
FIJAR EL LÍMITE
 
La estrategia de empezar sustentado que la equidistancia era la única forma de definir la frontera marítima con equidad fue aprobada por unanimidad. Por ello, tras el saludo protocolar, el agente fue directo al grano: “Este caso es de la mayor importancia para el gobierno y para el pueblo del Perú. Están en juego los títulos jurídicos fundamentales que el derecho internacional reconoce a un Estado ribereño, como el Perú, sobre las zonas marítimas adyacentes a sus costas y la delimitación del límite marítimo con Chile de tal forma que produzca una solución equitativa”.
 
Alain Pellet también lo mencionó con cierta amplitud en su exposición inicial. Y luego Rodman Bundy inició su presentación explicando al detalle los casos y mostrando varios mapas que ilustraban la inequidad de la pretensión chilena al asegurar que la frontera marítima ya estaba fijada en el paralelo. Las exposiciones del siguiente día, así como la del martes pasado, se armaron con el mismo esquema: explicar que ninguno de los instrumentos que alega Chile fueron un tratado de límites marítimos y que solo buscaban proteger los recursos marinos. En ese objetivo les cayó a pelo la pregunta que realizó la Corte indagando si al suscribir el acuerdo de 1952 pensaban que, a la luz del derecho internacional de la época, podían proclamar y delimitar un área de soberanía marítima. Les daba la posibilidad de reafirmar la posición del Perú.
 
CASI SEIS AÑOS
 
Para llegar a la fase oral, Perú tuvo un largo camino, que empezó hace casi seis años, cuando el entonces canciller García Belaunde comenzó a convocar un equipo con el objetivo de cerrar de una vez por todas el tema pendiente sobre la frontera marítima con Chile. Él mismo conversó con su homólogo de la época, Alejandro Foxley, en un intento por llegar a un acuerdo bilateral. Su tajante negativa llevó a Perú a acudir a la Corte de La Haya. Fue entonces que encontró en los “tres mosqueteros” un equipo técnico sólido que se dedicó a buscar toda la valiosa documentación que se presentó a la Corte, parte de la cual fue recopilada de bibliotecas y archivos especializados de universidades y dependencias en Perú, Ecuador y Estados Unidos. Wagner se les sumó a fines del 2007, cuando dejó el cargo de ministro de Defensa. Pellet fue escogido entre una docena de juristas que un par de años atrás elaboraron estudios sobre este caso a pedido del gobierno. El propio García Belaunde lo entrevistó, así como al resto de abogados, con el fin de estar seguros de la elección, a excepción de Alan Vaughan Lowe, por ser un reconocido profesor de la Universidad de Oxford, y de Tullio Treves, nombrado en este gobierno. La solidez de sus argumentos y la templanza de sus presentaciones demostraron que sin duda fue una gran elección.
 
UNA NOCHE DE SABOR PERUANO EN LA HAYA
 
La noche del martes, en la residencia del embajador Allan Wagner solo había rostros de satisfacción por el convencimiento de que Perú demostró mayor solidez y contundencia en sus argumentos. Lo aseguró el propio Alain Pellet, en breve pero muy emotivo discurso de agradecimiento, en el que recordó la manera en que se llegó a esta instancia. Pellet parecía un peruano más, disfrutando del lomo saltado y la carapulcra, sonriendo y bromeando con todos. Rodman Bundy prefería el pisco sour al vino, mientras declamaba un poema en inglés sobre el caso de la delimitación, que hizo especialmente para la ocasión, y en el que victoria rimaba con Punto Concordia. Tullio Treves (habla el español casi tan bien como el italiano) y los abogados británicos Alan Vaughan Lowe y sir Michael Wood se servían más "arroz a la peruana". La noche no fue ajena a la nostalgia.
 
Wagner invocó a la memoria del diplomático Juan Miguel Bákula, uno de los peruanos más mencionados en las dos semanas de alegatos, así como a Luis Marchand, quien contribuyó muchísimo en el caso. También felicitó a los “tres mosqueteros” por todos estos años trabajando a tiempo completo, más allá de sus intereses personales y los merecidos ascensos, como la ministra consejera Marisol Agüero, quien dejó en segundo plano los requisitos que debía cumplir para ascender a embajadora. Con la sencillez, ella agradeció la oportunidad de haber sido parte del equipo de jóvenes diplomáticos que han sacrificado horas de sueño por la causa peruana.
 
http://www.adonde.com/noticias-peru/web-noticia-la-republica-90603