La Izquierda se renueva
Desde los días de Izquierda Unida no se habían juntado las diversas fuerzas de la izquierda peruana en una gran asamblea unitaria. Ayer ocurrió el fenómeno. Cientos de delegados de todo el país llegaron de Puno, de Junín, de Áncash, de Madre de Dios, de Trujillo, de Cajamarca, de Tacna, de los jóvenes, de las mujeres para celebrar esa fiesta de unidad y lucha.
César Lévano
Razón Socialcesar.levano@laprimeraperu.pe
Estaban ahí, con sus dirigentes, el Partido Socialista de Javier Diez Canseco; el Partido Comunista Peruano; el partido Tierra y Libertad; el Movimiento de Afirmación Social (MAS); la Democracia Cristiana, así como decenas de dirigentes de la CGTP y numerosas bases sociales de la ciudad y el campo, y los parlamentarios de izquierda.
Ese carácter de masas y la amplitud de sectores políticos, unidos en el rechazo al neoliberalismo, dejó la impresión de que, en efecto, la izquierda ha cerrado un ciclo de división, derrotas y desaliento.
Invitado por compañeros del Frente, tomé la palabra para decir este mensaje:
Con respeto y esperanza
Queridos compañeros:
Permítanme saludar con entusiasmo y respeto, y con esperanza, esta asamblea en que están representadas las capas más hondas de nuestro pueblo.
En horas decisivas y de peligro fronterizo, como las de hoy, han sido los sectores del pueblo los que han teñido con su sangre las insignias de la patria.
Si me atrevo a decir acá unas palabras es por invitación de Marco Arana, a quien profeso admiración y respeto, y quien, sobre todo en la era del papa Francisco, representa una religiosidad que se acerca más y más al sentido del Cristo que expulsó a los mercaderes del templo y padeció en la cruz por una causa de justicia.
En nuestro país estamos en vísperas de varias pruebas electorales. En esa coyuntura, antes del voto y de los candidatos, está sometida a prueba una cuestión ética y política, moral y material: ¿con quién marchar? ¿para qué elegir?
No se puede, en mi opinión, renovar el apoyo a quienes nos pagaron con la traición. No se puede, no se debe, manchar las banderas de la izquierda yendo del brazo con cómplices de represión y baguazos.
Lo que hagamos hoy lo pagará nuestro pueblo, lo pagarán nuestros hijos. Por eso hay que mirar lejos.
Por eso, hay que tender la mano a la mayoría limpia de nuestra patria.
En las campañas que vienen, el enemigo, es decir, el imperialismo, las transnacionales, la oligarquía criolla, preparan ataques a mansalva. Por eso mismo, el pueblo tiene que rechazar cualquier pacto con delincuentes y corruptos.
¡Viva la unidad de la izquierda!
¡Abajo el sectarismo, el dogmatismo y el oportunismo!
¡Viva el Perú!
