A partir de un proceso que comenzó en noviembre de 2014, la institución de la que el magnate de medios era integrante con sus cuotas al día, decidió sacarlo de los registros, básicamente por su rol como colaborador de la CIA desde donde recibió fondos, colaboró en operaciones e impulsó una definición editorial para derrocar a Salvador Allende. Todos, antecedentes confirmados por documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos.
El Colegio de Periodistas de Chile decidió oficialmente expulsar como integrante al dueño de la empresa El Mercurio S.A.P., Agustín Edwards Eastman, entre otras cosas por su rol activo en las actividades que llevaron al derrocamiento del gobierno de Salvador Allende en 1973. En una declaración, el organismo precisó:
“El Tribunal de Ética y Disciplina del Regional Metropolitano del Colegio de Periodistas (TRED) informa a la ciudadanía su decisión de sancionar con la expulsión de la Orden al colegiado Agustín Edwards Eastman, al término del juicio en que fue hallado culpable de vulnerar disposiciones del Código de Ética Periodística.El proceso contra Edwards comenzó el 15 de noviembre de 2014, a propósito de una denuncia presentada por el Consejo Nacional del Colegio de Periodistas de Chile, sustentada en los últimos documentos secretos desclasificados en EE.UU., en donde Edwards Eastman aparece como periodista y dueño de la empresa El Mercurio S.A.P., colaborando en operaciones de la CIA y obteniendo fondos de la Administración Nixon para sustentar una política editorial de desinformación y de ese modo contribuir a socavar la democracia, para facilitar el Golpe de Estado contra el Presidente Salvador Allende”.
Además, otras imputaciones comprobadas contribuyeron a la decisión. “Una segunda imputación contra el colegiado N°88 formulada en la denuncia está referida al ‘montaje periodístico’ en que participó en su calidad de director del diario El Mercuriode Santiago, en complicidad con la CNI, presentando en portada de la edición del 09 de abril de 1987, a dos estudiantes de la Universidad de Santiago (USACH), con las fotografías de sus rostros en círculos, como los cabecillas de los graves desórdenes del Parque O´Higgins durante la visita del Papa Juan Pablo II, en circunstancias que ambos eran inocentes y habida cuenta que el periódico nunca aclaró la falsedad de la información”, agrega el texto.
Además, la decisión del Colegio indica que “durante el juicio ético fue revisada la situación de la libertad de prensa antes del Golpe de Estado de 1973 y la actuación del periodista Agustín Edwards Eastman en su condición de propietario y directivo de la empresa El Mercurio S.A.P., con relación al deber de defensa de la libertad de expresión y al deber de amparo de los periodistas citado en el Código de Ética vigente por ese entonces. Y para mejor resolver fueron entrevistados miembros de la Orden víctimas de la represión por parte de organismos del Estado, quienes coincidieron en sus testimonios reprobando el rol que tuvo el acusado”.
Edwards fue notificado hoy del fallo condenatorio unánime por intermedio del abogado Miguel Schweitzer Walters, designado por él como su representante según las formalidades del procedimiento. Dispone de 10 días para recurrir ante el Tribunal Nacional de Ética y Disciplina del Colegio de Periodistas (TRINED) y en la eventualidad que rehúse apelar, la sentencia quedará a firme y será eliminado de los registros de la Orden
La denuncia que dio origen a esta decisión, se funda en los nuevos antecedentes que reveló un informe del Senado de Estados Unidos. El Informe Church del Senado estadounidense, así como los libros del historiador Peter Kornbluh, que lo sitúan como uno de los impulsores del Golpe de Estado, así como un actor favorecido por la CIA, que habría apoyado con casi dos millones de dólares a El Mercurio durante el gobierno de Allende.
Para lograr imponer el proyecto económico que defendía el equipo de Edwards era necesario terminar con el gobierno de la UP, que representaba la excusa perfecta para reordenar el país. Para ello, el dueño de El Mercurio no dudó en aliarse con Estados Unidos y aunar esfuerzos para desestabilizar al gobierno de Allende.
Para el investigador estadounidense Peter Kornbluh, Agustín Edwards fue “el colaborador más importante según la CIA para crear las condiciones para un Golpe de Estado aquí en Chile”.
El académico maneja datos suficientes: dirige la sección Chile del National Security Archive, y es autor de diversos libros donde se desclasifican documentos relativos al rol de Estados Unidos y el Golpe de Estado chileno. En 2003 su investigación “The Pinochet File” fue elegido por Los Ángeles Times como el “libro del año”.
De acuerdo a dicho libro del académico, inmediatamente después del estrecho triunfo de Allende, “Edwards comenzó a hacer lobby con los oficiales estadounidenses en Santiago, con el fin de que iniciaran una acción militar”.
Como no tuvo resultados, partió a Estados Unidos, donde a través de su amigo Donald Kendall, gerente de la Pepsi-Cola y uno de los amigos más íntimos del Presidente Nixon, consiguió una entrevista. La mañana del 15 de septiembre, 11 días después de que Allende ganara las elecciones, el asesor de seguridad de Nixon, Henry Kissinger, y el fiscal general John Mitchell, desayunaron con él.
La siguiente cita fue con el director de la CIA, Richard Helms, en la que, según un archivo desclasificado, se discutió “la oportunidad para una posible acción militar”.