¿Qué empresa le pagaría a su empleado un sueldo y una asignación para viajes, alojamiento, viáticos y comunicaciones, al mismo tiempo que le entrega los pasajes, gastos de comunicaciones y le reintegra los viáticos para sí y sus acompañantes?
¿Qué empleador permitiría a ese funcionario no rendir cuentas del dinero que se le ha entregado (y que no gasta en lo que debería) y que aún así tenga la potestad de subirse esa asignación sin preguntarle a nadie?
Esa empresa es el Perú, que mantiene a cerca de 130 empleados que trabajan en esas ‘injustas’ condiciones, pudiendo algunos de ellos generar un gasto de hasta 522 000 soles al año para el Estado.
No es solo que los congresistas perciban un ingreso final de más de 30 000 soles gracias a que se duplicaron los “gastos por representación”, de 7 mil 617 a 15 mil 234 soles, en tiempo récord. Tampoco que lo hayan hecho a espaldas de una población que reclama por aumentos a otros sectores más urgidos o por la elección de autoridades como el Defensor del Pueblo o los miembros del Tribunal Constitucional.
Lo controvertido es que ese elevado ingreso por representación, orientado, en teoría, a cubrir las necesidades del congresista en los viajes que realiza para estar cerca de la población a la que representa, ni siquiera requiere una justificación de gasto, pese a que los congresistas ya gozan de facilidades para esos viajes y de otros reembolsos que convierten a estos funcionarios públicos en un verdadero doble gasto para el Estado.
AL DETALLE
De permitirse el polémico aumento, un congresista promedio recibirá un jugoso cheque mensual por 30 834.20 soles, que incluyen sus 15 600 soles de sueldo y los (hasta ahora aprobados) 15 234 soles por gastos de representación. Esto representa más de 41 sueldos mínimos vitales, de 750 soles cada uno, y que multiplicados por los 14 sueldos que reciben al año ascienden a 431 676 soles.
Si bien la asignación mensual de representación debería cubrir los gastos que realizan los parlamentarios de provincias al viajar, hay otros beneficios que demuestran que esta suma es innecesaria, sobre todo al considerar que no están obligados a declarar en qué la gastan.
Además de 4 pasajes mensuales gratuitos, un total de 48 pasajes al año, ida y vuelta, a nivel nacional para cada congresista y que deben ser usados durante las Semanas de Representación (la última de cada mes), un legislador puede reclamar el reintegro de hasta 2 000 soles por cada periplo mensual, aunque debe justificarlos. Además, cuenta con otra partida para pagar los viáticos de un asesor y un asistente por mil y 800 soles respectivamente.
Por si fuera poco, el parlamentario puede optar por utilizar mil soles adicionales por cada evento que organice en su zona de representación, por un máximo de 6 000 soles al año. También recibe, cada año, llamadas por 30 000 soles para telefonía fija y 3 600 dólares en llamadas de celular.
Salvo honrosas excepciones, al hacer un cálculo rápido del ingreso anual de un congresista, se descubre que a los 431 676 soles que perciben se les puede sumar 24 000 soles por conceptos de devoluciones en los viajes que realizan (contando un solo viaje de 2 mil soles por mes), más otros 21 600 soles de gasto por dos acompañantes en 12 viajes al año: un asesor y un asistente.
Si decide utilizar los 6 000 soles anuales para organizar eventos y el íntegro de los 39 000 soles en llamadas a celulares y fijos, el monto asciende a los 522 276 soles, más de medio millón de soles al año pagados con el dinero de todos los peruanos.
Y eso sin contar el valor de los 48 pasajes aéreos a cualquier destino a nivel nacional. ¡Qué tal gasto!
ADEMÁS
El costo de un viaje internacional es otro cantar, debido a que ya se
cometieron excesos en el pasado, aunque igualmente el congresista no toca su ingreso por representación. Para ello, el parlamentario presenta su propuesta de viaje a la Mesa Directiva del Congreso indicando si necesita los pasajes, viáticos y alojamiento, y espera a que los miembros accedan a que el Parlamentario cargue con el gasto.
MARIO VÁSQUEZ
